Siempre defenderé a las selecciones, pero los equipos tienen motivos para quejarse porque ceden a los jugadores sin recibir nada a cambio. Las selecciones juegan muchos amistosos solo para hacer dinero.
Pasan los años, se suceden los torneos y las fases de clasificación y, más pronto o más tarde, reaparece la misma pregunta: ¿qué le pasa a la selección española de fútbol? Y tras este interrogante, más. ¿Por qué no convence? ¿Problema de jugadores? ¿Problema de entrenador?Es muy difícil ver a un equipo nacional, el que sea, funcionar fluidamente. Más allá de clasificaciones de la FIFA, más allá del nombre o potencial que se posea, conseguir que una selección juegue como tal es lo más difícil de todo. Si ya cuesta a nivel de club, cómo no va a costar a nivel de selección, donde apenas hay entrenamientos de todos los jugadores juntos.Las mismas dudasSalvo desastre mayúsculo, España estará en la Eurocopa. A día de hoy solo hay selecciones descartadas pero ni una sola clasificada. En todos los grupos se han de disputar aún tres o cuatro jornadas, las que de verdad deciden. Para mí, la cuestión ya no es si España se clasifica o no. Si lo hace, solo habrá superado una fase más porque luego entrarán los interrogantes de siempre: ¿pasaremos la primera fase? ¿Lo haremos para caer otra vez en cuartos?Mientras tanto, un montón de dudas por el camino. Y muchas aseveraciones para explicarlo todo que no comparto. Por ejemplo, que los futbolistas españoles no rinden lo suficiente porque no sienten la selección como otros. Como exinternacional os aseguro que el 95% --y me quedo corto-- de los deportistas están orgullosos de ser los elegidos para disputar los grandes torneos a nivel de selección. Si no fuera así, España no sumaría tantas fases de clasificación superadas. Ahí es casi una especialista.La otra excusa recurrente cuando las cosas se tuercen apunta siempre a la figura del entrenador. Si repasamos la lista de los técnicos que han dirigido al combinado español, llegas a una conclusión muy simple: con el seleccionador X, Y o Z, el resultado final es casi idéntico: se cumple en los mínimos --clasificarse--, pero no se da la talla que se espera en los máximos, es decir, en la fase final de una Eurocopa o un Mundial.El técnico, la claveY en un momento u otro, la misma queja: es que el juego de España no engancha, aburre. Aquí sí entra en juego el perfil de seleccionador que se elija porque de él va a depender el estilo. Si de verdad has llegado a la conclusión de que la idiosincrasia, la forma de ser de la gente de tu país está en la línea de intentar otra cosa, jugar más atractivo o atrevido, elige a un entrenador que comulgue con ello.Si antes explicaba que es difícil que un equipo nacional funcione bien, esto me lleva a la siguiente reflexión: para conjuntar a un combinado, ¿es necesario hacerlo en el otro lado del mundo? Si este no es el fin, entonces el objetivo es otro: ganar dinero. Si la meta es hacer caja, pues que todos ganen dinero.Siempre defenderé que los equipos nacionales son importantes, pero en el caso de partidos amistosos, vete a saber dónde, a cambio de muchos ceros, le doy la razón a los clubs, que pagan y ceden a sus jugadores a cambio de nada. O sí, a cambio de largos viajes, cansancio y riesgo de lesiones. Ejemplo: ¿alguien se cree que Argentina reúne a 18 jugadores en Europa y se los lleva a las antípodas para conjuntar al equipo? Mentira. Si quieren conjuntarlo, hace una estadía de 10 días. Pero no. La federación argentina vendió los derechos a una empresa y esta tiene que recuperar la inversión. Es la prueba de que los clubs tienen razón para decir basta. Esto sí que es una tomadura de pelo. Selecciones sí, pero solo para objetivos deportivos.Ahora bien, aquí nadie tiene la verdad absoluta. Como en todo problema, todas las partes tienen su parte de razón. Los equipos nacionales son importantes y tienen que nutrirse de jugadores porque el fútbol también necesita de ídolos vestidos con la camiseta de cada país. Y eso engrandece al fútbol en sí. Pero todo es mejorable. Además de una posible compensación económica, iría más allá. Desde un punto de vista futbolístico, ¿qué se puede hacer para mejorar el rendimiento del futbolista? Se puede pactar limitar el número de amistosos y aplicar el sentido común: si tienes 10 días para la selección, no juegues en miércoles pudiéndolo hacer el sábado previo. Por otro lado, aligera el calendario.
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